Tabaquismo, un hábito perjudicial para la salud

Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social

https://www.mspbs.gov.py/portal/24982/tabaquismo-un-habito-perjudicial-para-la-salud.html

El tabaquismo es una adicción al tabaco, provocada principalmente por uno de sus componentes más activos: la nicotina, la cual actúa sobre el sistema nervioso central. El hábito tabáquico, en cualquiera de sus formas perjudica la salud favoreciendo la aparición de diversos trastornos y dolencias, como ataques cardiacos (infartos), accidentes cerebrovasculares (derrames), bronquitis crónica, afecciones pulmonares u otras enfermedades relacionadas. 

En Paraguay, según la encuesta nacional de factores de riesgo, actualmente el 14,5% de la población estimada es fumador de productos de tabaco. De este porcentaje, el 22,8% corresponde a los hombres y el 6,1% a las mujeres, y la edad media de inicio del hábito tabáquico es de 19 y 21 años respectivamente.

Este hábito, produce el 12, 2% de las muertes anuales en el país, es decir, unas 3.354 personas al año fallecen a causa del tabaquismo. Además, es importante dar a conocer que, el cáncer pulmonar sigue siendo la responsable de la mayor mortalidad entre todos los cánceres en el sexo masculino de acuerdo a un informe de la situación epidemiológica del cáncer en Paraguay del año 2019.

Consecuencias del consumo de tabaco 

El cigarrillo contiene 4000 sustancias nocivas, de las cuales, al menos 70 causan cánceres, según los datos del Programa Nacional de Control del Tabaquismo y Enfermedades Respiratorias Crónicas (PRONATERC).

Fumar un cigarrillo significa exponerse a numerosas sustancias perjudiciales para la salud y al riesgo de desarrollar una dependencia.

Una de ellas es el monóxido de carbono, la cual se encuentra en el humo del tabaco, y pasa a la sangre a través de los pulmones. Es el responsable del daño en el sistema vascular, por una parte, y de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo, por otra. Produce fatiga, tos y expectoración.

Por otro lado, se encuentra la nicotina, que actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. También actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando la frecuencia cardiaca y la posibilidad de arritmias. Además, produce cambios en la viscosidad sanguínea y aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol.

El mayor peso está dado por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades cardíacas y el cáncer de pulmón. Su impacto en la mortalidad y en la calidad de vida es responsable en forma directa de la pérdida de 88.473 años de vida cada año y explica el 12,2% de todas las muertes que se producen en el país en mayores de 35 años.

A diferencia de la imagen atractiva que tiene a veces, el tabaco produce al poco tiempo de empezar a consumirse algunas alteraciones poco deseables entre las que se encuentran:

• Arrugas prematuras en la zona del labio superior, alrededor de los ojos (patas de gallo), barbilla y mejillas, y coloración grisácea de la piel que constituye el llamado “rostro del fumador”.

• Los dientes se vuelven amarillos y, habitualmente, el fumador sufre de mal aliento o halitosis. También favorece la aparición de enfermedad periodontal y caries.

• Mal olor corporal por impregnación del olor del tabaco.

• Manchas amarillentas en uñas y dedos.

• Corazón. Inmediatamente después de empezar a fumar un cigarrillo, el corazón aumenta su frecuencia de latido en un 30%, incrementándose así la presión arterial. Esto obliga al músculo cardiaco a realizar un mayor esfuerzo para bombear la sangre, lo que eleva el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria.

• Fertilidad. Fumar tiene un impacto negativo en la fertilidad, tanto si se trata de hombres como de mujeres. Pero, en el caso de los varones, además de reducir la calidad espermática, también puede provocar la disfunción eréctil.

• Embarazo y parto. Las mujeres fumadoras presentan un mayor riesgo de sufrir un aborto y de tener complicaciones durante el embarazo, entre ellas, la de un parto prematuro. Además, los bebés de madres fumadoras suelen pesar una media de 200 gramos menos de lo habitual, lo que se asocia a un mayor riesgo de fallecimiento y enfermedades durante el periodo de lactancia y, en general, la primera infancia. Los hijos de padres son fumadores tienen el doble de probabilidad de sufrir infecciones respiratorias graves.

• Dentadura.

• Efectos a corto plazo en jóvenes

• Aumento de catarros de repetición.

• Aumento de la tos.

• Disminución del rendimiento deportivo.

• Pérdida de apetito

Fumar no aumenta solamente el riesgo de cáncer de pulmón, sino que también es un factor de riesgo para los cánceres de boca, laringe, faringe (garganta), esófago, riñón, cuello uterino, hígado, vejiga, páncreas, estómago, colon y recto, leucemia mieloide entre otras.