Adopción, un largo camino difícil de concretar

Olimpia Ávila / Excelsior

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Antes de llevar en brazos por primera vez al que ahora es su hijo y tenerlo dos horas en casa, Lilia y su esposo sostuvieron más de 23 convivencias supervisadas por el DIF, luego de numerosas entrevistas, exámenes sicométricos, estudios socioeconómicos y terapia sicológica.

Aunque casos como el de Mariana Rodríguez, esposa del gobernador de Nuevo León, pudieran dar la idea de que la adopción es fácil en México, la realidad es otra.

El proceso, cuyo objetivo primordial es garantizar al infante el derecho a la familia, es difícil de consumar. Tan es así que, de enero a junio de 2021, el DIF nacional recibió 25 solicitudes de adopción, pero sólo dos fueron concluidas, de acuerdo con datos abiertos de la dependencia.

La dificultad del proceso no es el único factor que juega en contra. Aunque en el país existen cerca de 30 mil menores que viven en casas hogar, según datos del Inegi, la situación jurídica de la mayoría no permite que sean adoptados, ya que para ello deben estar desvinculados de su familia biológica y quedar en manos del Estado.

Preparación

Lilia y su esposo decidieron adoptar en 2015, tras intentar un embarazo biológico que no prosperó. La pareja inició el proceso en tres ocasiones, la primera vez en el DIF de la CDMX, la segunda mediante una institución de asistencia privada (IAP) y la tercera en el DIF nacional, donde finalmente se concretó su deseo de tener un hijo.

La primera vez, ella interrumpió el procedimiento al saber que esperaba un bebé, pero retomó la decisión de adoptar cuando el embarazo no llegó a término. Tuvieron que iniciar de nuevo, esta vez respaldados por la Fundación Quinta Carmelita. Sin embargo, ella y su esposo dejaron el proceso porque la institución, acreditada ante el DIF, cobra “cuotas de recuperación” por cada trámite.

“Nuestra última opción fue intentar en el DIF nacional, porque supimos que las posibilidades son mayores en tanto ellos pueden tener contacto con los DIF estatales, y en el caso de que ellos tengan padres idóneos y haya niños en otro estado, pueden vincularlos”, cuenta.

A principios de 2021 comenzaron los trámites, en su mayoría en línea debido a la pandemia.

El primer paso es un curso de inducción de tres días. “Lo más importante y lo que te dejan súper claro es que siempre la adopción es en favor de los niños, no de los adultos que quieren adoptar, y toda la parte legal”, narra Lilia a Excélsior.

Luego viene una entrevista con una trabajadora social y una sicóloga, quienes dan recomendaciones sobre temas a trabajar antes de que la pareja solicite formalmente la adopción, momento en el que ya no se puede dar marcha atrás en el proceso y, si el fallo no es en su favor, deben esperar un año para iniciarlo de nuevo.

“Nosotros ya teníamos muchos años de prepararnos sicológicamente en el tema de la adopción. Ya no había dudas, ya no era ‘pero voy a seguir buscando un embarazo biológico’… eso y el trabajo en terapia para la adopción, prepararnos en un enfoque de la sicología que es justo para formar un sistema familiar, nos dio un entrenamiento previo que nos facilitó tener ya mucha claridad en muchos temas”, explica Lilia.

Al desnudo

Pasada la primera entrevista, la pareja presenta los documentos que se requieren para solicitar la adopción, como acta de matrimonio o constancia de concubinato, cartas de recomendación, exámenes toxicológicos y constancias laborales, y tiene nuevas citas con un equipo de sicólogos y trabajadores sociales, quienes llevarán como tal el proceso y aplican los exámenes sicométricos, de hasta 300 preguntas.

“Es un proceso muy complicado. Hicimos varios exámenes, reunimos cartas de antecedentes no penales, estados de cuenta del banco, fotografías de la casa, antigüedad en los trabajos… hicimos una proyección de gastos para ver si teníamos suficientes recursos para mandarlo a la escuela y darle de comer”, dice Lilia.

“Las entrevistas fueron una cosa brutal, prácticamente te desnudan, hablas de todo, de las relaciones con tus padres, afectivas, tus amigos, tu círculo social, tu trabajo… al final se somete a un comité y ahí se da o no la idoneidad (que reúne las condiciones necesarias)”, detalla.

Que ambos tuvieran trabajo, pagaran un seguro de gastos médicos y tuvieran un ahorro son factores que abonaron a que el fallo fuera en favor de Lilia y su esposo.

Expectativa

Una vez que la pareja obtiene el certificado de idoneidad, queda a la espera de que en alguna de las casas hogar del país exista un niño adoptable dentro del criterio de edad marcado en su solicitud.

Aunque pudiera parecer fácil, dado el número de menores de edad que habitan en albergues de todo el país, en la mayoría de los casos la situación jurídica de los infantes no permite que sean adoptados. 

“Nuestra suerte fue que obtuvimos la idoneidad relativamente rápido y que de repente llegó a la casa hogar un niño recién nacido al que su mamá, desde que supo que estaba embarazada, decidió darlo en adopción, es decir, era un niño liberado jurídicamente”, relata Lilia, quien define su caso como sacarse la lotería.

Ella subraya que, si bien se cree que las autoridades dificultan las adopciones, el verdadero obstáculo es que el Estado no tiene la patria potestad de los menores de edad.

“Sí, es muy complicado ser idóneo, pero también es cierto que hay pocos niños en esta categoría de liberados jurídicamente, porque puede haber muchos niños en las casas hogar, pero son niños que en realidad están tratando de regresar a sus familias… o están los papás en la cárcel, pero hay otros familiares… es difícil encontrar un niño que no tenga ya ningún vínculo jurídico”, señala.

El certificado de idoneidad tiene vigencia de un año, por lo que, si en ese lapso no les informan de la existencia de un niño adoptable, la pareja debe iniciar el proceso de nuevo.

Una nueva familia

Antes de llevar a casa al bebé por primera vez, sólo por un lapso de dos horas, Lilia y su esposo tuvieron más de 23 convivencias con él dentro del DIF, en una cámara de Gesell, donde fueron observados todo el tiempo.

“La primera vez que lo sacamos fue por dos horas y nos hicieron firmar actas administrativas”, cuenta.

Tras las convivencias, inició el proceso judicial de adopción, con diligencias jurídicas, presentación de pruebas y una audiencia ante un juez, el “último gran examen de la pareja”.

“En la sala en la que estuvimos con la jueza todos aplaudieron, porque es como decirte ‘este niño ya es tuyo para siempre, ya nadie te lo va a poder quitar’”, resume Lilia

Acusan cuotas obligatorias

Pese a que el proceso de adopción es gratuito, la Fundación Quinta Carmelita, una institución de asistencia privada ubicada en la Ciudad de México, cobra cuotas simbólicas de recuperación por cada trámite que realiza, denuncia Lilia, quien, junto con su esposo, inició el proceso ahí, en uno de sus intentos de adoptar.

“Nosotros nos quedamos hasta la parte de los exámenes sicométricos. El único que no se cobra es el curso de inducción… de la entrevistas individuales fueron unos seis mil pesos…te dicen qué tienes que hacer, si estás listo o no para seguir con el proceso, o te dan algunas recomendaciones, en este caso nos hicieron recomendaciones y tuvimos que acudir a terapia, y luego presentamos unos exámenes sicométricos muy pesados, esos nos habrán costado 13 mil pesos”, señala.

Lilia detalla que los recibos de las cuotas figuran como donaciones a la IAP, y el costo aumenta según avanza el proceso, lo que los desalentó.

“Quedamos un poco decepcionados de cómo opera Quinta Carmelita porque las recomendaciones que nos hicieron eran ambiguas y además había que volver a pagar 13 mil pesos para que nos hicieran de nuevo los exámenes. Decidimos que no era por ahí”, expresa.

Olimpia Ávila

Los requisitos

Estos son algunos de documentos que se necesitan para adoptar en nuestro país:

  • Copia certificada del acta de matrimonio o constancia de concubinato.
  • Dos cartas de recomendación de las personas que conozcan su intención de adoptar.
  • Certificado médico expedido por el sector salud.
  • Exámenes toxicológicos.
  • Comprobante de domicilio.
  • Certificado de antecedentes no penales.
  • Constancia laboral especificando puesto, antigüedad, sueldo y horario laboral.
  • Fotografías del inmueble en el que habitan las personas solicitantes.
  • Fotografías de convivencias familiares.

Condiciones

Estos son los requisitos para adoptar un niño en el DIF nacional.

  • Ser mayor de veinticinco años.
  • Ser 17 años mayor que el adoptado.
  • Acreditar que tiene medios suficientes para proveer subsistencia, educación y cuidado a la persona que pretende adoptar.
  • Demostrar que es una persona apta y adecuada para adoptar.
  • Probar la adopción es benéfica para la persona que trata de adoptarse.